¿La primavera Quetzal?
“En la historia de los hombres cada acto de destrucción encuentra su respuesta, tarde o temprano, en un acto de creación.”
Eduardo Galeano
Siguiendo el mismo orden de ideas que históricamente han imperado en nuestra América, es totalmente sorprendente lo ocurrido en la República de Guatemala.
Partiendo desde lo que llama Mario Vargas Llosa como el país de la dictadura perfecta hasta la tierra del fuego dictadura de Pinochet, encontrarnos con un movimiento tan peculiar en un área histórica de conflicto; algo que debemos resaltar y estudiar a fondo.
Lo increíble de este fueron las formas tanto en el antes como en el después. Me referio a la renuncia del expresidente Otto Perez Molina y toda su linea de corrupción. De inicio porque fue de manera pacífica, como todos los movimientos sociales fueron en forma paulatina y después de un constante invierno, pareciera que por fin diera inicio a una primavera.
Otro punto a destacar fue el uso de las redes sociales, constantemente se podía ver en las redes las convocatorias masivas para que cada domingo en la plaza de la constitución la reunión de la gente enervara el orgullo chapín que tanto tiempo han querido consolidar.
De manera ordenada, concisa, sin hacer ruido se fueron dando los tiempos; primero se fue la vicepresidente, luego el gabinete y al presidente no le quedo más que renunciar ante el sonido del pueblo, no del suyo sino del de Guatemala.
En cuanto al papel que tomo México o que mejor dicho debía haber tomado fue inadmisible e inadecuado para el rol que tenemos, en palabras del ex embajador Gustavo Iruegas que decía “desde que México entro al neoliberalismo, se olvidó de ser el hermano mayor de Latinoamérica”.
Lástima que durante el movimiento no nos pronunciamos ni a favor ni en contra, tuvieron que pasar semanas y una renuncia presidencial para decir que apoyaríamos al pueblo guatemalteco en sus próximas elecciones, dejando de lado aquella diplomacia que rompiera relaciones con Nicaragua en apoyo de los revolucionarios y que las fortalecería con la victoria del Ejército Sandinista.
Pero atención, lograron varias renuncias y alguna no elección de candidatos pero el otro día importante era el de las elecciones, donde las misma población menciono que no estuvieron a la altura de las protestas anteriores.
“Lejano se ve aquel 1979 pero más lejos la verdadera diplomacia mexicana; cercana se ve aquella primera manifestación pero más cerca se ve el inicio de la primavera del quetzal; gran ejemplo para el pueblo latinoamericano”
JAAR